Adriana Marcela Ramírez Baracaldo, José Manuel Rivas y Nicolás Liendo (eds.) (2022). El Congreso habla. 364 págs. Medellín: EAFIT. ISBN: 978-958-720-809-2.

El libro El Congreso habla, con su primera edición publicada en diciembre de 2022 a cargo de Adriana Marcela Ramírez Baracaldo, José Manuel Rivas y Nicolás Liendo como editores académicos, es un estudio detallado de los perfiles políticos de la Cámara de Representantes en Colombia. En la mayoría de los capítulos se abarcan amplios márgenes temporales, aproximadamente desde 1994 hasta 2022 en perspectiva comparada, haciendo uso de la base de datos del Proyecto Élites Políticas de Latinoamérica (PELA) del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca.

A modo de introducción, el profesor Manuel Alcántara señala la importancia y la novedad de la metodología empleada. La evidencia empírica recopilada a lo largo de las últimas décadas a través de las encuestas hechas a los legisladores permite nuevas aproximaciones, en este caso, para el estudio de las élites en Colombia. Las dimensiones que la literatura ha entendido como definitorias de las democracias contemporáneas son estudiadas partiendo de los perfiles individuales de los diputados, que, como responsables de la actividad política junto a otra compleja red de actores, condicionan la calidad del presente y el futuro de su régimen.

En la obra se pueden apreciar dos grandes secciones. Una primera en la que se estudia a los representantes colombianos desde las cuestiones más básicas tales como analizar quiénes son y qué hacen hasta la variación de sus posicionamientos con el paso de los años. La segunda parte consiste en el estudio sistemático de ciertos aspectos característicos de las democracias y que, a su vez, son de especial relevancia para el análisis de caso.

El primer capítulo, a través de un enfoque descriptivo, concluye que la crítica ciudadana hacia la clase política y su aparente inmovilidad alrededor de un núcleo caciquil no concuerda con la evidencia disponible, a pesar de existir un núcleo reducido que mantiene redes de electores a largo plazo. Esto último se suscribe en el segundo capítulo, donde los autores estudian algunas de las características sociodemográficas más relevantes de los diputados del país entre 1998 y 2018. Los hallazgos apuntan hacia un perfil de edades medias-avanzadas (45 años), alto nivel de estudios, baja experiencia legislativa, alta experiencia en otros cargos de representación, creyentes, con poco recorrido político familiar, mayoritariamente autodefinidos como de centro-derecha, satisfechos con su remuneración y en su mayoría autoconsiderados como político inexperto. El tercer capítulo, también centrado en el estudio del quiénes son, propone añadir a este perfil una clara ambición por continuar en política al finalizar su mandato, una vocación muy temprana y una socialización en partidos políticos e instituciones a lo largo de su vida.

Desde el capítulo cuatro hasta el undécimo se suceden ocho estudios que examinan ocho grandes dificultades que han existido y que aún laten en la realidad política colombiana: clivaje de género, situación del poder judicial, corrupción, política exterior, violencia armada, funcionalidad de los partidos políticos, ideología y figura presidencial; en ese orden. La clásica premisa weberiana del Estado que reclama para sí el monopolio de la violencia física legítima está estrechamente vinculada con los capítulos que versan sobre la justicia, la política exterior y la violencia armada. La ardua tarea de un Estado de derecho en construcción motiva estas reflexiones, con grandes hallazgos. La ideología parece funcionar como variable explicativa de la confianza en la independencia en el poder judicial, confianza en las Fuerzas Armadas y la policía, así como de la sensibilidad en torno a los asuntos de género. Relacionada con la percepción de la independencia judicial, la corrupción como una propiedad de la estructura de interacciones se analiza en el texto como una dinámica que se ha normalizado, como una regularidad de comportamiento que provoca que todos asuman y repliquen el problema. Por otro lado, los datos refuerzan la hipótesis de que la funcionalidad de los partidos políticos está relacionada positivamente con la salud democrática.

Los profesores, investigadores y especialistas que han participado en el libro El Congreso habla han estudiado en profundidad aspectos de actualidad para la democracia colombiana desde el análisis de los perfiles políticos de la élite representativa del país. La historia de la democracia es una historia viva y en constante redefinición. Los grandes retos que está viviendo la región apuntan hacia la necesidad de este tipo de estudios de calidad más allá del caso colombiano, con el fin de reflexionar sobre el carácter de potenciales nuevas derivas ideológicas y su plasmación a través de partidos políticos o agrupaciones civiles.

Emma Turiño

Universidad de Salamanca